Llevan con nosotros 16 años y ya han pasado su adolescencia. El 1 de enero de 2002, doce estados de la Unión Europea adoptaron el euro como su moneda oficial, un hecho sin precedentes que agrupó a millones de europeos en una unión monetaria histórica. Así ha sido su evolución.
Los billetes de euro no han estado ajenos a los cambios que vivimos en los últimos tiempos. Y, aunque el plan inicial del Banco Central Europeo era modificarlos cada siete u ocho años para dar cabida a los nuevos países de la UE, no fue hasta el 2 de mayo de 2013 cuando comenzaron a circular gradualmente los nuevos billetes de la serie Europa.
No se modificaron los detalles de los estilos arquitectónicos de la historia cultural europea que están en la primera serie del 2002; pero, sí se incorporaron, principalmente, mayores medidas de seguridad. Se buscó, además, dar solución a problemas que las entidades emisoras de los billetes de euro (los bancos centrales nacionales), se encontraron a lo largo de su primera década de vida, como el desgaste por su uso cotidiano.
"Los billetes de euro están fabricados en 100% fibra de algodón e incluyen 12 medidas de seguridad independientes para evitar falsificaciones"
Un toque alemán para la serie Europa
Del diseño de la nueva serie se encargó Reinhold Gerstetter. El artista y litógrafo alemán fue también el responsable de los bocetos de los billetes de 1.000, 2.000, 5.000 y 10.000 pesetas que se emitieron en 1992, con motivo del V centenario del descubrimiento de América.
Podemos decir que la propuesta de Gerstetter puso rostro a Europa. Y es que dos de los elementos de seguridad (la marca de agua y el holograma) incluyen el retrato de la princesa fenicia, hija del rey Agenor que, según la mitología griega, fue secuestrada por Zeus, transformándola en un precioso toro blanco para llevarla a Creta y que dio nombre al continente. La imagen usada proviene de un jarrón que acumula más de 2.000 años de antigüedad que se encontró en el sur de Italia y que hoy se conserva en el Museo de Louvre de París.
"En la actualidad, 338 millones de personas utilizan el euro en 19 países"
Difícil de falsificar y fácil de comprobar su autenticidad
Más allá de ese “toque humano” que el Banco Central Europeo quiso dar a los billetes de euro de la serie Europa, el propósito del cambio fue el de aumentar la seguridad para evitar las falsificaciones y que, además, cualquier persona pueda identificar con facilidad si un billete es auténtico con solo tocarlo, mirarlo o girarlo. Estas mejoras incorporaron elementos impresos en relieve, marcas de agua, hologramas y números brillantes que producen un reflejo metálico y cambian su color, del verde esmeralda al azul oscuro.
Las imágenes y colores de los billetes de la serie Europa son más llamativos y modernos; pero, además, el mapa ya incluye a Malta y Chipre. “Euro” está escrito en alfabeto latino, griego y, también, cirílico por la adhesión de Bulgaria; y, las siglas del Banco Central Europeo figuran en 10 variantes lingüísticas. Los billetes de 5 y 10 euros (que son los más que se utilizan) tienen un fino barnizado protector para una mayor durabilidad. De hecho, si los comparas con uno de 20 o de 50 euros, te darás cuenta de que los de menor valor son más duros y, al mismo tiempo, más “resbaladizos”.
Los nuevos billetes de euro han circulado de manera paulatina. El primero fue el de 5 euros, en 2013. Le siguió el de 10 euros en 2014, el de 20 euros en 2015, y el de 50 euros en 2017. ¿Y qué pasa con los billetes de 100, 200 y 500 euros? El Banco Central Europeo anunció que el de 500 euros dejará de emitirse a finales de 2018, para evitar que su uso pueda favorecer actividades ilícitas como el lavado de dinero. Su desaparición coincidirá con la puesta en circulación de los de 100 y 200 euros.