¿Sabes cómo entender una nómina?

9 agosto 2018

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cómo comprender una nómina

Cada mes recibes en la cuenta del banco el importe de tu sueldo, compruebas que es correcto y no prestas mucha atención a la nómina, o si le echas un vistazo para asegurarte de que está bien, ¿el documento te parece un jeroglífico egipcio? No te preocupes, en Pibank nos gusta hacerte la vida más fácil y, por eso, te explicamos cómo entender una nómina.

La nómina es una factura obligatoria (por normativa fiscal) que una empresa entrega a un trabajador por los servicios prestados durante un periodo de tiempo. Por lo tanto, tiene que contener una serie de apartados informativos y fiscales. Te los explicamos en detalle para que sepas cómo interpretar una nómina.

El encabezado de una nómina

Tiene que incluir una información mínima que haga referencia a la relación entre la empresa y el trabajador. Por un lado, los datos de la compañía: el nombre legal que consta en el Registro Mercantil, el domicilio, el CIF (Código de Identificación Fiscal), el código de cotización de la Seguridad Social, el centro de trabajo y el periodo de liquidación, esto es, el intervalo por el que se paga la nómina.

También deben figurar tus datos como trabajador: nombre, DNI, tu código de cotización de la Seguridad Social, la categoría o el grupo profesional que te corresponde, la fecha de antigüedad en la compañía y el código del tipo de contrato.

“La nómina es una factura obligatoria (por normativa fiscal) que una empresa entrega a un trabajador por los servicios prestados durante un periodo de tiempo”

partes de una nómina

Los devengos de una nómina

Es la segunda parte del documento y la que solemos mirar más a menudo porque contiene las primeras cifras que nos indican la parte que suma. Los devengos, dicho de otro modo, son las cantidades que la empresa abona al trabajador.

Está dividida en dos conceptos: los devengos salariales y los no salariales. Los primeros reflejan las cantidades que te abonan como retribución. Los segundos son los bienes y servicios que no tributan y que no pueden superar el 30% del sueldo.

Los devengos salariales están divididos en varias partidas clave que te vendrá bien conocer para interpretar una nómina:

  1. El salario base: el corazón del salario que recibes por tu trabajo. No puede ser inferior al establecido por el convenio colectivo de tu sector.
  2. Complementos salariales: es una retribución en función de tus circunstancias relativas. Por ejemplo: por las responsabilidades, los conocimientos o la antigüedad en la empresa.
  3. Horas extra: hace referencia a las horas trabajadas más allá de tu horario laboral, ya sean voluntarias o forzosas. Suelen ser voluntarias a menos que no aparezcan por convenio. A veces se producen por fuerza mayor.
  4. Gratificaciones extra: son la paga de Navidad y otra que depende de tu convenio. En España, recibimos 14 pagas al año que suelen hacerse en 14 ingresos, aunque algunas empresas prorratean las dos pagas extra entre las doce pagas mensuales.
  5. Salario en especie: es lo que recibes en bienes y servicios y que, como forma parte de tu salario, tributa. No estás obligado a recibirlo a menos que aparezca en tu convenio. Aunque pague cotizaciones a la Seguridad Social, está libre del IRPF (Impuesto sobre la Renta de Personas Físicas) hasta ciertos límites, por lo que es muy interesante para el trabajador. Algunos ejemplos son los tickets de comida, el coche de empresa o un plan de pensiones.

Los devengos no salariales no tienen deducciones de IRPF ni cotizan en la Seguridad Social y se dividen en dos conceptos principales:

  1. Indemnizaciones o suplidos: son los gastos que como trabajador has tenido que adelantar para ejecutar el trabajo. Por ejemplo: el transporte, las dietas o los materiales.
  2. Prestaciones e indemnizaciones de la Seguridad Social: refleja las prestaciones por traslados, suspensiones o despidos, pero también los gastos pagados por la compañía por incapacidad, por ejemplo.

“El salario bruto es lo que cobras en realidad y las deducciones son tu aportación para recibir una prestación por desempleo y los servicios sanitarios de la Seguridad Social”

como interpretar la nómina

Cómo entender las deducciones de una nómina

Las deducciones son la parte de tu nómina que resta debido a que la empresa actúa como agente recaudador: los pagos a la Seguridad Social y el IRPF. Este apartado contiene, por un lado, los importes destinados al sistema de protección social del Estado (Seguridad Social), que se calculan de la siguiente manera:

  1. Contingencias comunes: suponen el 4,7% de la retribución menos las horas extra de la nómina.
  2. Desempleo: depende del tipo de contrato que tengas. Si es general, un 1,55%. Si es un contrato de duración determinada, la cantidad es del 1,60% de los devengos salariales.
  3. Formación profesional: Es del 0,1%.
  4. Horas extra por fuerza mayor: 2% de la cantidad que la empresa te haya pagado por ese horario fuera de lo común.
  5. Horas extra sin fuerza mayor: la deducción asciende al 4,7% del importe devengado.

Por otro lado, en este apartado de la nómina figura la cantidad que se deduce en concepto de IRPF y depende de cada uno. Este importe acaba en la tesorería de la Agencia Tributaria y se aplicará en la declaración de la renta. Si el porcentaje que consta en tu nómina es muy bajo, la declaración te saldrá a pagar. Es importante incluir en el cálculo la cantidad devengada del mes corriente más las extraordinarias prorrateadas.

Líquido a percibir de una nómina

El líquido a percibir también lo conoces como sueldo neto y es el que te ingresan en tu cuenta nómina a final de mes. Su cálculo es muy sencillo: al total devengado le restas el total de las deducciones. Cómo entender una nómina es más fácil de lo que parece.

Recuerda que el salario bruto es lo que cobras en realidad y que las deducciones son tu aportación para recibir una prestación por desempleo y los servicios sanitarios de la Seguridad Social, así como tu contribución personal a las arcas del Estado.

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