El TIN y la TAE son dos términos financieros que siempre encontramos al echar un vistazo a las cuentas remuneradas, a los créditos o a los depósitos que nos ofrecen los bancos. Ambos son conceptos oficiales, regulados por el Banco de España y no significan lo mismo. Por eso, te explicamos de forma sencilla las diferencias clave entre TIN y TAE.
¿Qué es el TIN?
El Tipo de Interés Nominal (TIN) es el porcentaje fijo que se recibe a cambio de prestar una cantidad de dinero durante un plazo concreto. Lo habitual es calcularlo de forma mensual, pero se puede hacer diario, semanal o trimestral. En concreto, es la cantidad que el banco te pagará cuando deposites tu dinero en una cuenta remunerada. A la inversa, aparece en el contrato de los préstamos bancarios, los créditos y las hipotecas y es la cantidad que debes pagar al banco por haberte prestado un capital.
El TIN no tiene en cuenta otros gastos asociados a un préstamo o a una cuenta bancaria, como pueden ser las comisiones u otros pagos relacionados. Por tanto, representa el coste de un préstamo o la rentabilidad de una inversión. No tiene porqué ser anual y es un acuerdo, por contrato, entre dos partes. ¡Ojo! Esta es una de las diferencias clave entre TIN y TAE que debes tomar en cuenta.
“El Tipo de Interés Nominal (TIN) es el porcentaje fijo que se recibe a cambio de prestar una cantidad de dinero durante un plazo concreto”
¿Qué es la TAE?
La Tasa Anual Equivalente (TAE) indica, en cambio, el rendimiento efectivo de un producto financiero durante el plazo de un año. Se calcula con una fórmula matemática que tiene en cuenta el TIN, la frecuencia de los pagos (si son mensuales o trimestrales), las comisiones bancarias y otros gastos de la operación, como una posible comisión de apertura. No incluye, eso sí, los costes de terceros, como los gastos de notario.
El Banco de España (BdE), en la Circular 5/2012 de 27 de junio, fijó la fórmula que los bancos deben aplicar para calcular la TAE. También, los productos que deben incluirla y la frecuencia con que tienen que informar al público de la misma. De este modo, se asegura que es un valor homogéneo y accesible.
La TAE debe estar visible en la publicidad, los contratos, las ofertas y en los documentos de liquidación. Y se aplica a los productos financieros que generen intereses, como las cuentas remuneradas, los depósitos, los planes de pensiones, los créditos y las hipotecas, así como los fondos de inversión.
El principal beneficio de la TAE es que permite comparar diferentes productos de inversión y, por tanto, facilita la tarea a la hora de elegir cuál es el mejor. El Banco de España tiene una calculadora online para que puedas ver las diferencias entre TIN y TAE de forma rápida y sencilla.
“La Tasa Anual Equivalente (TAE) indica el rendimiento efectivo de un producto financiero durante un año. Tiene en cuenta el TIN, la frecuencia de los pagos y las comisiones”
Para que no te queden dudas, te explicamos con estos dos ejemplos. Supongamos que te ofrecen un préstamo de 10.000€ con un TIN del 5%, un plazo de 12 meses y sin comisiones. Aplicando la fórmula, obtenemos una TAE anual del 5,11%.
Ahora veamos otro crédito de 10.000€, con un TIN del 2,5%, un plazo de 12 meses, una comisión de apertura del 2% y un seguro de protección de pagos del 1% a abonar en el momento de la firma. La TAE, teniendo en cuenta la comisión y el seguro, sería del 8,50%.
Como has podido comprobar, el préstamo del segundo ejemplo es más caro que el primero pese a que el TIN es inferior. Esto se debe a los gastos de la comisión y el seguro de protección de pagos.
Aunque el TIN tiene un gran valor informativo, la TAE es mucho más interesante porque proporciona una visión más concreta de lo que obtienes por una cuenta remunerada o lo que te cuesta un préstamo. Además, te permite comparar los mismos productos de diferentes bancos y saber cuál es el que más te conviene.