Si estás pensando en sacar partido a tus ahorros e iniciarte en el mundo de la inversión, te habrás preguntado qué es la rentabilidad. Incluso es posible que hayas pensado que cuanta más rentabilidad consigas, mejor. Pues estás equivocado, pero no te preocupes. Hoy te hacemos la vida más fácil con esta entrada sobre la rentabilidad.
Cuando haces una inversión financiera inmovilizas tu dinero durante un tiempo determinado para obtener una rentabilidad. Durante ese plazo, tus recursos están sujetos a varias fuentes de riesgo como la incertidumbre sobre la rentabilidad, una insolvencia o la variación del valor, entre otras cosas.
Por eso, suele decirse que todo activo financiero tiene tres características:
- Rentabilidad esperada.
- Riesgo asumido.
- Liquidez o disponibilidad de la inversión.
La teoría es que, cuanta más rentabilidad le pidas a una inversión, mayor riesgo tienes que asumir y tu dinero estará menos disponible. Pero todo depende de tu perfil de riesgo. Si quieres mucha rentabilidad pero no estás dispuesto a asumir el riesgo asociado, tendrás un problema si la inversión no sale bin. Además, perderás valiosas horas de sueño por la preocupación.
Por ejemplo, un depósito bancario tiene un riesgo mínimo y ofrece una rentabilidad baja conforme a su perfil. Si prefieres invertir con seguridad, es tu opción. Otro ejemplo: invertir en acciones tiene mucho más riesgo y la rentabilidad es, por tanto, potencialmente mayor. También lo son las pérdidas si la acción no se comporta como esperabas.
“La teoría es que, cuanta más rentabilidad le pidas a una inversión, mayor riesgo tienes que asumir y tu dinero estará menos disponible”
Definición: qué es la rentabilidad
La rentabilidad financiera es la diferencia entre el dinero que tenemos al final de un tiempo de inversión, sea beneficio o pérdida, y lo que hemos invertido para conseguirla. Se expresa en porcentaje sobre el capital invertido.
Por ejemplo, imagina que hoy compras una acción de Apple por 147$. Al cabo de un año, vendes la acción por 153$. En total, habrás conseguido un beneficio de 6$ con una rentabilidad del 4,08%.
Cómo calcular la rentabilidad
Para calcular la rentabilidad simple solo necesitas dos variables: el valor inicial (VI) de tu inversión y el valor final (VF) de la misma. Con ambas informaciones, debes aplicar la siguiente fórmula:
r=(VF-VIVI)100
Si seguimos nuestro ejemplo anterior quizá veas más claro cómo se calcula la rentabilidad. Recuerda que el VI (valor inicial) de la acción de Apple era de 147$ y el VF (valor final) de 153$.
r=(153-147147)100=4,08%
“La rentabilidad financiera es la diferencia entre el dinero que tenemos al final de un tiempo de inversión y lo que hemos invertido para conseguirla”
Rentabilidad histórica y rentabilidad esperada
Es importante que sepas diferenciar entre la rentabilidad histórica de una inversión y la rentabilidad esperada desde el momento en que inviertes. Por ejemplo, la letra del Tesoro española a un año llegó a dar rentabilidades del 15% hace dos décadas. A finales de 2018, ofrecía una rentabilidad negativa. La bolsa española cerró 2018 con una caída del 15%, su peor ejercicio en 8 años, pero no sabemos cómo se comportará en 2019.
La rentabilidad histórica puede ser una referencia indicativa, pero debe ser tomada con mucho cuidado. Rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras. Además, la incertidumbre es algo normal en toda inversión a menos que el producto sea garantizado.
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