El plan financiero es una buena herramienta para tener al día las cuentas de una persona natural o jurídica. Puede que no te suene porque es un término habitual en el departamento financiero de una empresa, pero poco conocido fuera de este contexto. Sin embargo, tiene una serie de virtudes que pueden ayudar a gestionar mejor la economía familiar. En esta entrada compartimos contigo qué es y cómo hacerlo.
Un plan financiero es un ejercicio de análisis, una estrategia para alcanzar un objetivo económico y un documento que refleja todo lo anterior. Esto lo convierte en una excelente herramienta para cuidar de las cuentas personales o familiares y poder pensar en el futuro con cierta tranquilidad.
Trabajar en el desarrollo de un plan financiero te permitirá tener el control de tu economía, ganar calidad de vida reduciendo la incertidumbre sobre los asuntos del dinero y afrontar los imprevistos, compras e inversiones futuras con información realista de lo que te puedes permitir. Esto es más importante de lo que parece porque, a veces, gastamos más de lo que ingresamos y aparecen los problemas.
Conocer tu presente económico es el primer paso para un buen plan financiero a futuro
Tres pasos para hacer un plan financiero ideal
Para elaborar un plan financiero con el que beneficiarte en el futuro te recomendamos seguir los siguientes pasos clave:
1. Define tu situación financiera actual
Conocer tu presente económico es el primer paso para un buen plan financiero a futuro. Y para tener una foto actual de tu patrimonio necesitas calcular dos valores. Es buena idea anotar estos valores en una hoja de cálculo y, si no te manejas con la herramienta, en una libreta exclusiva para tus cuentas. Son:
- Tus activos, como son el dinero en tu cuenta corriente o de ahorros, el efectivo del que dispongas, tus propiedades personales como una vivienda o un vehículo y el dinero que tengas invertido en fondos, planes de pensiones o acciones. Suma todos estos valores para conocer tu activo. Imagina que obtienes 150.000€.
- Tus pasivos, que son las deudas que mantienes con las entidades de crédito, como son un préstamo personal o una hipoteca. Suma estos valores para conocer tu pasivo. Suponte que obtienes 130.000€.
Tu patrimonio personal o familiar, si haces el cálculo conjunto, es el resultado de restar el pasivo al activo. El punto de partida de tu plan financiero es conocer esta situación. Siguiendo el ejemplo anterior: 150.000€ (activo) – 130.000€ (pasivo) = 20.000€ de patrimonio. Si este resultado fuera negativo tendrías problemas porque careces de suficiente dinero o de bienes que convertir en dinero para saldar tus deudas. En este caso, tu plan financiero debería ser salvar tu economía.
Una vez que te manejes con objetivos a corto o medio plazo puedes empezar a trabajar en objetivos a largo, como ahorrar para la entrada de una hipoteca con la que comprar una casa
2. Calcula tu flujo de caja
El segundo paso para elaborar un plan financiero es calcular tu flujo de caja. Por si es la primera vez que lees este término, te lo traducimos al castellano: es el resultado de tus ingresos y tus gastos mensuales. Analiza la cantidad de dinero que entra en tu cuenta frente a los gastos que realizas tanto en bienes y servicios necesarios como en aquellos superfluos.
Anota todos los valores en tu hoja de cálculo o en tu cuaderno y descubre tus verdaderos hábitos de consumo. A veces pensamos que gastamos demasiado en alimentación y poco en ocio y resulta ser al revés. O creemos que acumulamos pocos gastos en suscripciones a plataforma de internet y al sumar todas nos llevamos una sorpresa.
Conocer tu flujo de caja es fundamental para avanzar al siguiente paso de tu plan financiero. Veamos un ejemplo. Considera que tienes unos ingresos mensuales de 2.000€ y unos gastos de 1.850€. Tendrías un flujo de caja positivo de 150€ al mes, que te permite tener unas finanzas saneadas. Sin embargo, si tus ingresos son de 1.850€ y tus gastos de 2.000€, tienes unos números rojos de 150€. Y un problema financiero que afrontar, porque pierdes dinero. ¿Cómo lo vas a solucionar?
3. Establece el objetivo de tu plan financiero
Ahora que sabes lo que tienes y lo que puedes tener cada mes, es hora de poner un objetivo a tu plan financiero. Puedes empezar por algo específico, medible, conseguible y con una fecha determinada, elementos necesarios para que el plan se pueda cumplir. Esta decisión requiere cierta reflexión sobre tu estilo de vida y tus proyectos futuros.
Te recomendamos empezar por un objetivo sencillo hasta que te acostumbres a navegar por tus asuntos financieros. Por ejemplo, un objetivo a medio plazo puede ser ahorrar 1.000€ para las próximas vacaciones de verano en el Mediterráneo, que son dentro de 10 meses. ¿Cómo conseguirlo?
Recuperemos nuestro ejemplo anterior, con un flujo de caja positivo de 150€ mensuales. Si reservas 100€ al mes durante 10 meses podrías alcanzar tu objetivo de irte de vacaciones como quieres: 100€ x 10 = 1.000€. Este sería un objetivo específico, medible, conseguible y con una fecha concreta. Un buen objetivo para tu plan financiero.
Imagina que hubieras pensado en unas vacaciones en el Caribe que cuestan 3.000€. Habría sido muy difícil cumplir este propósito en 10 meses. Quizás en 30 meses si es factible con tus condiciones económicas. En cualquier caso, es un objetivo no conseguible y con una fecha no adecuada. Un mal objetivo.
Una vez que te manejes con objetivos a corto o medio plazo puedes empezar a trabajar en objetivos a largo, como ahorrar para la entrada de una hipoteca con la que comprar una casa. Y, sobre todo, no te olvides que una vez elaborado el plan tienes que hacer un seguimiento mensual para cumplir con tus objetivos. Tocará hacer pequeños ajustes, posibles mejoras y revisar si estás realizando lo comprometido.
En resumen, esperamos que con esta entrada te haya quedado claro qué es un plan financiero y cómo puedes elaborar uno sencillo para tus finanzas personales o familiares. Y que eso te ayude a cumplir con tus propósitos de futuro.